TEMARIO
Comer una variedad de alimentos
Nuestros cuerpos son increíblemente complejos, y (con la excepción de la leche materna para los bebés) ningún alimento contiene todos los nutrientes que necesitamos para que funcionen al máximo. Por lo tanto, nuestras dietas deben contener una amplia variedad de alimentos frescos y nutritivos para mantenernos fuertes.
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Algunos consejos para asegurar una dieta equilibrada:
- En la dieta diaria, procura comer una mezcla de alimentos básicos como trigo, maíz, arroz y patatas con legumbres como lentejas y judías, mucha fruta y verdura fresca, y alimentos de origen animal (por ejemplo, carne, pescado, huevos y leche).
- Elija alimentos integrales como el maíz sin procesar, el mijo, la avena, el trigo y el arroz integral cuando pueda; son ricos en fibra valiosa y pueden ayudarle a sentirse lleno durante más tiempo.
- Para los tentempiés, elija verduras crudas, frutos secos sin sal y fruta fresca, en lugar de alimentos con alto contenido en azúcares, grasas o sal.
Reducir la sal
El exceso de sal puede elevar la presión sanguínea, que es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. La mayoría de las personas en todo el mundo comen demasiada sal: en promedio, consumimos el doble del límite recomendado por la OMS de 5 gramos (equivalente a una cucharadita) al día.
Incluso si no añadimos sal extra a nuestra comida, debemos ser conscientes de que se suele poner en los alimentos o bebidas procesados, y a menudo en cantidades elevadas.
Algunos consejos para reducir el consumo de sal:
- Cuando cocine y prepare alimentos, use la sal con moderación y reduzca el uso de salsas y condimentos salados (como la salsa de soja, el caldo o la salsa de pescado).
- Evite los aperitivos con alto contenido de sal, e intente elegir aperitivos frescos y saludables en lugar de alimentos procesados.
- Cuando utilice verduras, frutos secos y frutas enlatadas o secas, elija variedades sin sal ni azúcares añadidos.
- Elimina la sal y los condimentos salados de la mesa e intenta evitar añadirlos por costumbre; nuestras papilas gustativas pueden ajustarse rápidamente y una vez que lo hagan, es probable que disfrutes de la comida con menos sal, ¡pero con más sabor!
- Revise las etiquetas de los alimentos y busque productos con menor contenido de sodio.
Reducir el uso de ciertas grasas y aceites
Todos necesitamos algo de grasa en nuestra dieta, pero comer demasiado – especialmente los tipos equivocados – aumenta los riesgos de obesidad, enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. Las grasas trans producidas industrialmente son las más peligrosas para la salud. Se ha descubierto que una dieta alta en este tipo de grasa aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas en casi un 30%.
Algunos consejos para reducir el consumo de grasas:
- Sustituir la mantequilla, la manteca de cerdo y el ghee por aceites más saludables como la soja, la colza, el maíz, el cártamo y el girasol.
- Elija carnes blancas como las aves y el pescado que generalmente tienen menos grasas que las carnes rojas, recorte las carnes con grasa visible y limite el consumo de carnes procesadas.
- Intente cocinar al vapor o hervir en lugar de freír la comida cuando la cocine.
- Revise las etiquetas y evite siempre todos los alimentos procesados, rápidos y fritos que contengan grasas trans producidas industrialmente. A menudo se encuentran en la margarina y el ghee, así como en los aperitivos preenvasados y en los alimentos rápidos, horneados y fritos.