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- Edite las trampas de escritura más comunes en el manuscrito de su libro infantil
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TEMARIO
Escribir libros infantiles para tontos, 2ª edición
Por Lisa Rojany Buccieri, Peter Economy
A veces hay algo mal con el manuscrito de su libro infantil, y usted simplemente no puede identificar lo que es. Cuando edita su trabajo, necesita saber no sólo cómo reconocer el problema, sino también qué hacer para solucionarlo.
Refuerce su apertura
Necesitas una frase fuerte para empezar. Esto puede sonar como algo obvio, pero es muy importante. Para enganchar a su lector de inmediato, sus primeras líneas deben contener alguna sugerencia de conflicto, aprensión, suspenso, o al menos una promesa de ello.
Los trucos para crear buenas líneas de apertura incluyen comenzar con un poco de diálogo o una conversación, despertar la curiosidad del lector con un vistazo a algún evento muy dramático, luego alejarse antes de su conclusión para establecer el estado de ánimo de la historia, o describir a la protagonista y su problema en una frase corta:
Con un libro de capítulos, puede pasar un párrafo entero creando una escena. En un libro ilustrado, tienes que saltar a la acción lo antes posible. No se preocupe si toma un tiempo para que una frase de apertura fuerte llegue a usted. Muchos escritores dejan esa tarea para el final.
Mantenga su diálogo firme y en el blanco
¿Se reflejan las personalidades de tus personajes en su patrón de habla, tono o el contenido de su diálogo? ¿O tienes un personaje de cinco años que habla como un adolescente o un científico loco que tiene problemas para articular incluso conceptos científicos básicos?
Un diálogo que no coincide con los personajes a medida que los dibujas hace que tu escritura parezca inverosímil y confusa, o de madera y sin vida.
Revisa todos tus diálogos y asegúrate de que cada personaje suene apropiado para su edad y lo que está en tu historia para lograr una trama sabia. Compruebe también que los caracteres suenan diferentes entre sí.
Otra cuestión es el uso excesivo del diálogo. El diálogo es una gran manera de transmitir información a su lector a través de una fuente interesante: el personaje. Pero un personaje (como una persona real) que sólo habla y habla puede ser aburrido. No escribas un personaje con el que no quieras pasar tiempo en la vida real.
Los personajes que hablan solos o que pasan demasiado tiempo preguntándose en voz alta no son personajes efectivos. El diálogo debe implicar una interacción que haga avanzar la trama de una manera significativa y mensurable.
Transición efectiva
En un libro debes ayudar al lector a moverse de escena en escena, de lugar en lugar, de personaje en personaje. ¿Cómo se hace eso? Simple! Se utilizan las transiciones de forma eficaz.
Las transiciones son pasajes que conectan un poco entre sí. Te mueven hacia adelante en el tiempo sin perderte y son necesarios cuando tu personaje cambia de lugar, actividades, conversaciones o marcos de tiempo, o cuando tu historia altera su enfoque. Pueden ser tan breves como una palabra o tan largas como una frase.
Aquí hay un truco: Utilice una palabra de la última oración de un párrafo de manera obvia en la primera oración del siguiente párrafo para indicar el cambio mientras promueve la continuidad.
Cuando hayas logrado juntar todas las pequeñas piezas en un todo coherente que conforman una gran historia, comprueba que todas tus transiciones estén presentes, sean contabilizadas y sean efectivas.
Recorte de la palabra
Muchos escritores potenciales piensan que debido a que los libros para niños son cortos, deben ser realmente fáciles de escribir. En realidad es más difícil escribir obras más cortas. Sin embargo, cuando tiene un número limitado de palabras con las que trabajar, cada palabra cuenta.
Pero incluso si usted está escribiendo una novela para niños, eso no significa que sus palabras deben trabajar menos duro.
Los libros infantiles tienen recuentos de palabras típicos para cada formato. Debido a estas expectativas de recuento de palabras, cuanto más corto sea el trabajo, más cuidado tendrás a la hora de construir tu argumento y tus personajes. Cualquier exceso de verborrea que tengas debe desaparecer.
Si se encuentra sobrescribiendo porque tiene problemas para expresar exactamente lo que quiere decir, siéntese, diga lo que quiere decir en voz alta para sí mismo y luego intente escribirlo de nuevo. Otro truco es leer su trabajo en voz alta; a menudo esto le ayudará a saber si la escritura realmente funciona.
Además, compruebe el uso excesivo de adjetivos y adverbios, y elimine los pasajes largos y descriptivos. Revisa cada frase de tu libro con un peine de dientes finos, siempre buscando apretar, reemplazar una palabra débil por otra más evocadora, para eliminar redundancias. Es un trabajo duro, pero vale la pena!
Aquí están las Reglas para las Revisiones: Una frase o párrafo no merece permanecer en la página si no lo hace:
- Descarnar a un personaje
- Construye una trama a través de la acción
- Desarrollar un contexto
Mantenga sus cronologías en orden
El tiempo es una constante. Pero cuando se violan las líneas de tiempo secuenciales sin hitos claros y aparentes, o cuando el tiempo se vuelve confuso o pierde su fundamento en la realidad, entonces los lectores se pierden. Y un lector perdido no es un lector feliz.
Por ejemplo, si hiciste que tu conejito principal hablara con su maestro antes de que fuera a la escuela ese día, tienes tu cronología de eventos fuera de orden. Un esquema de acción es una gran manera de asegurarse de que su comienzo, medio y final (y todos los eventos importantes de la trama en el medio) están en orden.
Eliminar las suposiciones
Asegúrese de aclarar cualquier tema que por su naturaleza pueda ser confuso u oscuro tan pronto como lo mencione en su texto. Por ejemplo, cualquier tema demasiado avanzado para un niño de tres a ocho años en un libro ilustrado tiene que ser muy claro.
Aquí hay un ejemplo: Si está escribiendo sobre un niño que se convierte en una planta durante el día porque está expuesto a la luz del sol, y le agrega la palabra fotosíntesis, asegúrese de definirla en contexto con palabras simples que no creen más confusión al agregar palabras más complejas a la definición.