Las hormonas son sustancias especializadas que coordinan las actividades de células específicas en ciertas áreas del cuerpo. Las hormonas son producidas por las células de las glándulas y son secretadas por la glándula hacia el torrente sanguíneo. El torrente sanguíneo entonces transporta la hormona a ciertos tejidos, donde la hormona tiene su efecto.
En los organismos vivos, las células forman tejidos y los tejidos forman órganos. En cada nivel se realizan diferentes actividades, que deben ser coordinadas para que el producto adecuado sea creado y transportado al lugar correcto en el cuerpo.
El sistema endocrino es el sistema de producción y secreción de hormonas dentro de un organismo. El sistema endocrino a menudo se compara con el sistema nervioso, que está compuesto por el cerebro, la médula espinal y los nervios. Tanto los impulsos nerviosos como las hormonas transportan información por todo el cuerpo. Tanto el sistema endocrino como el nervioso coordinan las actividades internas.
Funciones reguladas por hormonas
Ya sea que una hormona provenga de una planta, de un animal invertebrado o de un animal vertebrado, regulan varias funciones importantes, entre ellas
- Asegurarse de que el crecimiento se produzca correctamente. En los seres humanos, las hormonas del crecimiento deben ser secretadas a niveles normales por la glándula pituitaria durante la infancia y la adolescencia. En los animales invertebrados, como los insectos, la hormona del crecimiento es responsable de la muda, que es el desprendimiento de la capa externa – el exoesqueleto. En las plantas, varias hormonas vegetales controlan el crecimiento adecuado de las raíces, hojas y flores.
- Asegurar que el desarrollo y la maduración ocurran correctamente y a tiempo. En los insectos, la metamorfosis -el proceso de cambiar las formas corporales durante las etapas de desarrollo- es controlada por una sustancia llamada hormona juvenil. En las plantas, el ácido indoleacético es una hormona que afecta aspectos del desarrollo como el crecimiento de las raíces, el crecimiento secundario de los tallos, la separación de las hojas del tallo y la promoción del desarrollo de las yemas.
- Asegurarse de que la reproducción se produzca en el mejor momento posible. Para los seres humanos, que disponen de un suministro constante de alimentos durante todo el año y de entornos protegidos en los que vivir, la reproducción puede producirse siempre que se siente la necesidad. Pero para otros animales y plantas, la reproducción debe ocurrir durante ciertas estaciones del año cuando el clima y el suministro de alimentos son óptimos.
Cómo funcionan las hormonas
Las proteínas son necesarias en todas partes del cuerpo. Las membranas celulares, los tejidos, las enzimas y las hormonas son proteínas. El núcleo de cada célula contiene material genético que controla la producción de proteínas y ARN. Los genes presentes en las hebras de ácido desoxirribonucleico (ADN) se activan cuando es necesario producir una determinada proteína. Luego, se apagan cuando el nivel de la proteína es lo suficientemente alto en el cuerpo.
Antes de que las proteínas puedan ser creadas, las hormonas específicas que regulan si los genes se activan o desactivan deben entrar en el núcleo de la célula para llegar al ADN. Por supuesto, las hormonas no controlan la expresión de cada gen; sólo un número relativamente pequeño de genes están directamente regulados hormonalmente.
Las hormonas esteroides, que están hechas de colesterol, se difunden desde el torrente sanguíneo a través de la membrana plasmática de la célula en la que están tratando de entrar. Una vez dentro de la célula, algunas de las hormonas pasan a través del citoplasma de la célula y se difunden al núcleo.
Dentro del núcleo, las hormonas esteroides se unen a las proteínas receptoras. Una vez que la proteína y la hormona receptora forman un complejo, los genes que dirigen la producción de la sustancia necesaria se “encienden” para empezar a crear la sustancia.
Las hormonas peptídicas, que están compuestas de proteínas, se unen a las proteínas receptoras en la membrana plasmática de la célula diana. Luego, la proteína receptora hace que se produzca un segundo mensajero, y el segundo mensajero causa cambios en la célula.